Cobos de Fuentidueña



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DATOS GENERALES


Distancia a la capital: 69 kilómetros.
Superficie (en Km2): 13,80.
Población: 52 habitantes.
Altitud: 833
Pedanías: -.
Comarca:Tierras de Cuéllar. 
Lugares de Interés: Iglesia de San Julián Mártir. Ruinas de la ermita de San Benito. Río Duratón. Bodegas soterradas.
Tradiciones: Las danzas delante de la Virgen del Rosario durante la procesión. Asar chuletas de cordero en las bodegas, especialmente durante las fiestas.
Gastronomía: Destacan sus vinos, ya que sus tierras se encuentran dentro de la marca de calidad Vino de Valtiendas. Además el asado de cordero lechal, las chuletillas a la parrilla y los cangrejos pescados en su río.

Fiestas: En Cobos de Fuentidueña, las fiestas principales se celebran en el primer domingo del mes de octubre, en honor a Nuestra Señora del Rosario. Además, los vecinos rinden homenaje a su patrón, San Julián, cada 7 de enero. En mayo festejan San Isidro Labrador.



UN APUNTE HISTÓRICO

Cobos en el siglo XIX: 120 casas formaban el caserío de Cobos a mediados del siglo XIX según cuenta Pascual Madoz en ‘Diccionario geográfico-estadístico-histórico de España’. Había en aquella época 130 vecinos que sumaban «487 almas», dedicados fundamentalmente a la agricultura con la producción de trigo, cebada, centeno, avena, garbanzos, muelas, alubias, vino, patatas, frutas y cáñamo. Además, también criaban ganado lanar y vacuno y cazaban las liebres y conejos que había en la zona. Las aguas de un arroyo servían para mover tres molinos harineros y ofrecían la posibilidad de pescar cangrejos.
 
DESCRIPCIÓN

Cobos de Fuentidueña nos recuerda con su nombre, que las covas o cuevas fueron los únicos habitáculos en los cuales se instalaron sus primeros repobladores. A mediados del siglo XIII todavía mantenía el nombre de Covos sin el apelativo dependiente de Fuentidueña, el cual tomó a mediados del siglo XIX por pertenecer a esta Comunidad de Villa y Tierra. Dentro de su término también se localiza el despoblado de Nabuba.
El nucleo urbano de Cobos se instala en la margen del río Duratón, y en la parte más feraz de su vega se localiza la iglesia parroquial de san Julián mártir, edificio sacro construido en época románica, de la cual conserva su portada de ingreso y su cabecera de ábside de tambor adornado con tres buenos ventanales.
Completan el patrimonio artístico del pueblo dos ermitas más, una de ellas dedicada a san Juan y otra a san Benito, que por desgracia ya está en ruinas.

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